¿De cuál lado quieres verte? – Por Heber Reyes-

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Por: Heber Reyes

 

¿De cuál lado quieres verte?

Con respecto al caso del oficial superior que dio muerte al joven que tenía una mujer y su pequeño hijo secuestrados, y que supuestamente no se pudo «negociar» con él, arrojó las siguientes preguntas:

¿De cuál lado quieres verte?
¿Del lado del secuestrador?
¿Del lado de los secuestrados?
¿Del lado del coronel vestido de sacerdote?
¿Del lado de la periodista?
¿Del lado del Ministerio Público?
¿Del lado del sacerdote que nunca estuvo?

Con el mayor respeto que me merecen las personas y todos mis amigos, hago estas simples y comprometedoras preguntas, sencillamente, porque he visto un sin número de comentarios y opiniones al respecto que llegan de muchas personas, en donde la gran mayoría, quizás no han visto el caso de todos los ángulos y emiten una única opinión, como si lo planteado por ellos sería la verdad absoluta de esta historia que ha conmovido a una parte de nuestra sociedad. Y yo, les pregunto: ¿De cuál lado quieres verte?

Lo cierto es, que si haces el ejercicio poniéndote en cualquier lado, te darás cuenta que el caso si le das un enfoque humano y familiar, y al mismo tiempo te pones en los calzados de uno de ellos, la situación es más compleja de lo que muchos piensan y han opinado. Por eso pregunto: ¿De qué lado quieres verte?

Veamos los siguientes ejemplos:

Si el secuestrador fuera tu padre o un hermano de alguno de nosotros, o si fuera el esposo de tu hermana o un tío de tus hijos, te pregunto: ¿De cuál lado quieres verte?

Por otro lado, si la secuestrada fuera tu madre o una hermana o tal vez una tía o quizás fuera tu esposa o tu novia. Si una de ellas muere en el intento de salvar la vida, te pregunto: ¿De qué lado quieres verte?

Si fueras el oficial policial vestido de sacerdote, y todo sale mal, y muere él o alguien más en el intento de buscar el heroísmo, tratando de salvar la vida de los secuestrados, te pregunto: ¿En cuál lado quieres verte?

Si eres la periodista, la cual, el secuestrador le dio confianza para que cubriera las incidencias de ese momento de tensión, y por casualidad, no todo sale bien por un mal entendido y se arma la balacera y ella muere, y también el «supuesto sacerdote», y mueren la madre y el niño, te pregunto: ¿De cuál lado quieres verte?

Si el representante del Ministerio Público estuviera conciliando con el secuestrador y la conciliación no funciona, y se arma una balacera y muere él, la periodista y el coronel vestido de sacerdote, y también caen abatidos la madre y su hijo y finalmente el secuestrador, te pregunto: ¿De cuál lado quieres verte?

Y si el sacerdote hubiese sido uno real, y el secuestrador no cree en él, ni en el Ministerio Público, tampoco en la periodista, y arremete contra todos y no deja a nadie vivo y él mismo se quita la vida, les pregunto: ¿De cuál lado quieres verte?

Hago este ejercicio mental, para que todos tratemos de ver los mismos ángulos y nos pongamos en el lugar de cada uno de ellos. Porque al final, todos ellos tienen familias y sentimientos y mucho que perder. Independientemente de que al secuestrador le hayan quitado la vida en esa operación, de ese lado, hay una familia que sufre porque vivió en tiempo real los últimos minutos de vida de su vástago por ese acto bandálico que cometió. Sin embargo; yo les aseguro que nunca habrían deseado un final de esa naturaleza.

Finalmente; lo que busco con este razonamiento es, que a veces la verdad no está de nuestro lado, cuando solo nos ponemos del lado de la víctima y no del victimario, por el simple hecho, de que el victimario no fue tu padre, tu hijo o tu hermano, o un tío o un amigo muy querido.

La vida es compleja y nadie quiere verse en ninguno de estos lados, porque al final, en el resultado de los hechos alguien salió afectado, y no fuiste tú, tampoco yo, mucho menos alguien cercano a nosotros.

¡Que fácil resulta opinar y hacer conclusiones cuando no hay un familiar cercano a nosotros o alguien que nos duela!

Me gustan los razonamientos lógicos que traigan claridad a las interrogantes. Sin apasionamientos y sin odio, con objetividad y apegados a la verdad.

Ese día, tanto el Ministerio Público, la periodista, el coronel o alguien más, entendieron que estaban haciendo su trabajo, mas aún así, aunque algunos entiendan que se hizo justicia, al final del camino, alguien salió afectado.

No deseo que se vaya a mal interpretar lo que he expuesto, mucho menos deseo, que alguien de mis amigos vea este artículo como un ataque a la posición que usted sostenga en cuanto al caso, porque, no me considero una persona de conflictos, sino mas bien, me considero una persona humanista que trata de ser coherente en mis planteamientos.

Nota: «Las grandes potencias del mundo han evitado las guerras utilizando como mejor recurso el diálogo entre naciones» .

Quien esté libre de pecado, arroje la primera piedra. Juan 8:7

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