Rol actual de la vida cristiana en el desarrollo social

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Por: Dra. Guillermina Alt. Marizàn Santana

En su visión en torno al correcto encauzamiento del crecimiento social y espiritual, para el Consejo Regional de Desarrollo, Inc. (CRD), debemos tener como eje que el complejo mundo en el que convivimos, sus bondades son superiores a sus debilidades, lo que nos llama a enfocar nuestro diario vivir y las tareas que nos requieren las familias y las comunidades que pertenecemos, cobijándonos en ellas para procurar la paz y el bienestar que aspiramos.

Para pleno éxito de la obtención de dicho objetivo, estima indispensable que el hombre y la mujer en sus diversos roles sociales, tomen por principal columna, una vinculación activa con el pensamiento y forma de proceder del más perfecto y confiable de todos los amigos que podemos tener, el cual es: Jesucristo.

Lo que dimensiona, al valorar a éste como guía primordial de nuestras vidas, al ser Cristo el más perfecto ejemplo de la práctica del amor entre los humanos, en razón de que junto amar a todos los hombres y considerarlos como sus amigos, los invitó sin barreras a formar parte de sus amigos especiales, como nos lo mostró en la relación que tuvo con los apóstoles: Pedro, Santiago y Juan, así como con los tres hermanos de Betania: Lázaro, Marta y María.

Agregando que para ser entes sociales realizados, debemos proponernos entrar en el círculo de los amigos de Jesucristo y de su correcto pensar, con la finalidad de construir una nación sustentable, tomando el camino que nuestro Mesías y Redentor nos indicó, al convertirse en el cordero de la redención de nuestros pecados, además, al regalarnos un nuevo mandamiento que es el amor, como centro principal de la paz.

Meta que visualiza el camino luminoso de su conquista, por intermediación del Evangelio, en el que Jesucristo nos señala: «Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que os mando”; llamando por tanto, que si queremos ser sus amigos y formar parte de su reino, debemos cumplir con lo que nos ha pedido: “Amarnos los unos a los otros, como él nos ha amado, siendo humildes y nobles de corazón”.

Respecto a lo cual enmarca, que para ir tras la concretización de las conductas que Jesucristo pide a toda la humanidad, no es suficiente un amor de simples emociones, sino un amor de entrega, de sacrificio y de fidelidad, por medio de la vivencia plena en nuestras familias y demás instituciones, de las virtudes que dan sentido y razón de ser a nuestra existencia como seres humanos.

Las directrices sugeridas por el Consejo Regional de Desarrollo, Inc. (CRD), llaman a tomar de estandarte, que para que seamos ciudadanos y ciudadanas dignos y realizados, debemos proponernos sobre todas las cosas, vivir de acuerdo a los lineamientos trazados por Jesucristo, siendo íntegros, humildes y piadosos, para promover una sociedad que tenga de soportes innegociables la confraternidad, la paz y el amor.

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