¿Quién tuvo la razón, el general o los dos agentes de la Digesett? -Por Heber Reyes-
Por Heber Reyes
¿Quién tuvo la razón, el general o los dos agentes de la Digesett?
He visto y leído muchas opiniones en las redes sociales y medios de comunicación con respecto al caso del general activo de las Fuerzas Armadas y los dos agentes de la Dirección General de Seguridad de Tránsito y Transporte Terrestre,
(Digesett).
Si bien es cierto que por desconocimiento o ignorancia, o tal vez por negligencia y ser un oficial de alto rango, no menos cierto es, que quienes representan a los cuerpos castrenses, así como también a la Policía Nacional, si algo los caracteriza y los diferencia de la población civil, es su entrenamiento militar y policial y su disciplina.
En varias ocasiones, he mirado y analizado el vídeo que muestra el inconveniente surgido entre los dos agentes de la DIGESETT y el General de Brigada, José Manuel Frías Rodríguez. Y no cabe la menor duda, que si el general violentó la ley de tránsito al parquear el vehículo en el que andaba, también es cierto, que los dos agentes cometieron algunas faltas ante su superior por la siguiente razón:
Cuando el alto oficial sale de su vehículo, en ningún momento deja de reconocer su falta, todo lo contrario, reconoce que ha fallado. Ahora bien, ¿por qué el general tuvo este tipo de reacción? Aquí les explico:
En el reglamento militar en lo que respecta a las «Faltas por su Naturaleza», el mismo explica algunos aspectos de faltas leves.
1) No saludar a su superior bajos normas reglamentarias sobre el saludo.
2) Ignorar la presencia de un superior.
3) Incumplir la orden dada por un superior, alegando cumplir otra orden dada por un superior.
4) No concurrir con presteza al llamado de un superior.
5) No permanecer en la posición de «Atención», cuando le hable un superior.
6) Cualquier acto de irrespeto hacia su superior, o a su subalterno, que no se halle calificado como falta grave. El respeto es debido a su superior, aún cuando esté vestido de civil, a menos que se le comprobase que no se le conocía.
Todo lo descrito anteriormente fue lo que este oficial superior exigió… ¡En ningún momento dejó de reconocer su falta a la ley de tránsito!
Sin embargo; cuando el oficial se está dirigiendo a los dos agentes, de inmediato le hace saber que él es un general activo, y como era debido, saca su cartera y le entrega su carnet militar a uno de los dos agentes, y éste comprueba la identidad que lo describe como tal.
Ahora, me permito ejemplarizar cómo debió ser el procedimiento de los dos agentes:
1) Se acercan al vehículo, saludan a los ocupantes y de inmediato le hace saber a quien conduce, que se ha parqueado en una zona donde dice «No Estacione».
2) Con altura y mucho respeto, debe pedirle la documentación debida: (licencia, matrícula y seguro del vehículo).
3) Una vez verifica que todo está en orden, procede a poner la infracción.
4) Una vez pone la infracción, entrega los documentos y una copia de la infracción a la persona en cuestión.
5) Lo deja que se marche y punto.
Todo parece indicar y esto no lo podemos apreciar en el vídeo, que cuando los agentes se le acercaron al vehículo, quien conducía les hizo saber que él era un general, y esto produjo el malestar de los dos agentes. Es por eso, que vemos en el vídeo al general caminar detrás de uno de los agentes, siendo ignorado en su totalidad, le habla y le dice yo soy un general activo, mire mi carnet y se lo entrega al agente y este comprueba que es cierto. Sin embargo, este agente al igual que su compañero, cometieron varias faltas al mismo tiempo desconociendo e irrespetando a su superior, tal y como lo dice el reglamento militar en las «Faltas por su Naturaleza».
Ahora viene la pregunta de algunos que desconocen estas normas: ¿Qué debieron hacer los agentes? He aquí los siguientes ejemplos:
1) Una vez el agente comprobó que la persona era un oficial superior, le entrega el carnet y al instante llama a su compañero, le informa quien es la persona y ambos adoptan una posición en «Atención» de manera automática.
2) De inmediato proceden hacerle el saludo militar reglamentario, sin importar que el oficial esté vestido de civil.
3) Antes de dirigirle la palabra a su superior, deben esperar que este les conteste el saludo y les diga, procedan a informar.
4) El agente de más alto rango asume la responsabilidad y procede a informar a su superior dirigiéndose de la manera siguiente:
¡Respetuosamente señor! Quien os dirige la palabra, (dice su nombre, rango y la institución a la que pertenece, etc…), pone en conocimiento a nuestro superior, que al parquear su vehículo en un área restringida donde no se permite estacionar vehículos, usted ha violado la ley de tránsito, en su artículo tal de dicha ley, lo que conlleva a una infracción por el hecho cometido.
Lamentablemente, ¡nada de esto sucedió, y todo se salió de control! Ya que el oficial superior al verse burlado por la indisciplina de los dos agentes, su estado de impotencia y la falta de respeto a su rango, lo llevó a subir su tono de voz y decir algunas palabras descompuestas, no acorde a su investidura, y a exigir lo que en el ámbito militar se conoce como: «Disciplina».
«No hubo un saludo militar de respeto, mucho menos de cortesía a su superior, no hubo una parada en atención de los agentes, no escucharon la voz de mando de su superior y ambos se comportaron como dos civiles uniformados…» Obviamente, no tuvieron ni tienen, el más mínimo conocimiento de las normas y reglamentos internos que rigen la institución que representan.
Finalmente; si los dos agentes hubiesen tenido un buen procedimiento, de ellos dependía la amonestación o la dispensa que correspondía al momento del hecho, y desde mi humilde percepción, no creo que el alto oficial se hubiera resistido a la infracción, porque ya había reconocido su falta.
Nota: «Respeto las opiniones de quienes difieren a este artículo, sin embargo, los casos que involucran militares y policías tienen un trato y un manejo muy diferente a los de la población civil».