Mercedes Soriano: ¡Una maestra por vocación! -Por: Heber Reyes-

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Mercedes Soriano.

Por: Heber Reyes

Mercedes Soriano: ¡Una maestra por vocación!

Hace poco más de un año y muy específicamente el domingo 2 de marzo del año 2019. Temprano en horas de la mañana, visité la casa en el sector La Esperanza de mi amado pueblo, Cotuí de mi apreciada profesora, Mercedes Soriano.

Ella, fue mi primero maestra en el Colegio Aurora cuando yo apenas era un niño de algunos 6 o 7 años de edad, en otras plabras: ¡Ella fue quien me alfabetizó!

La profesora Mercedes Soriano, es una de esa maestras que encarna la vieja guardia del magisterio tradicional, que ya, prácticamente no existe. Algunos se preguntarán, ¿por qué? Es muy simple explicarlo, sin embargo; antes de darles una explicación, vamos a conocer parte de su historia, y luego, cuando usted lea este artículo en su totalidad, le invitó hacer sus conclusiones. ¿Le parece?

Llegué a su humilde hogar, y desde el frente, llamé: ¡Saludos! En medio de una música que se escuchaba a los alrededores, ella logró escuchar, y abrió la puerta de su casa. Al verme, su sonrisa y su trato humano no se hicieron esperar, le pregunté, ¿cuidado si usted no se recuerda de mí? Y me dijo: ¡Hay cómo no me voy a recordar de ti! Tú eres Heber, el de Mamín.

Wow!!! Me sorprendió como su mente y sus recuerdos aún siguen latentes…de inmediato me acerqué a ella, la saludé y la abracé con tanto amor, así, como un hijo agradecido abraza a su madre.

Me preguntó, ¿y eso, tú por aquí? Yo le contesté: “Profe, he venido hacerle una entrevista, ya que usted es una las personas honorables de nuestro pueblo”. Y me dijo, ¡así de fea y sudada! Deja que por lo menos yo me dé una arregladita. Yo le dije, no, tranquila, yo simplemente quiero escribir de usted una historia bonita de usted, para que toda su gente y todo nuestro pueblo conozcan sus cualidades humanas. Le expliqué, este es un trabajo que he venido haciendo con personas honorables como usted. Me escuchó y aceptó mi explicación, y de inmediato comenzamos su historia.

Le pregunté, ¿quién es Mercedes Soriano? Me respondió: Mercedes Soriano, nació porque no niego mi origen, y yo siempre le digo a los muchachos, ustedes me ven a mí así, pero mi ombligo está enterrado, en el terruño donde nací que le dicen “Agua Sarca”, que pertenece a la sección de “Los Corozos”, ahí yo nací. Mi mamá era maestra, y por ende, la escuela quedaba cerca de mi casa, yo me iba con mamá a la escuela y cuando mi mamá se vino a dar cuenta, yo ya estaba alfabetizada. La interrumpí y le pregunté, ¿cómo se llamaba su madre? Mí mamá murió hace casi dos años, y se llamaba Isabel Abreu. Ella fue maestra por “46 años”, y yo creo que salimos a ella, porque, las hermanas mías y yo estudiamos magisterio por verla a ella. Después, yo me enamoré del magisterio porque me gusta enseñar. Pregunté para confirmar, ¿sus hermanas fueron maestras? Y ella me confirmó, si, fueron maestras. ¿Todos en su casa eran hembras? No, había un varón. ¿El era maestro también? No, él no era maestro.

En ese momento, la entrevista dio un pequeño giro, porque, al preguntarle por su hermano varon la respuesta que me dio no era lo que yo esperaba, y me dijo: “El varón era el primero de la familia, y como mi papá lo protegía y lo apoyaba mucho, en ese tiempo le compró un motor de unos que habían llegado, y al tiempo tuvo un accidente. Fruto de ese accidente, él presentó muchas complicaciones y secuelas en su vida, y eso le producían unos ataques, 22 años después, murió a los cuarenta y pico de años. ¿Cómo se llamaba ese hermano suyo? Rafael Amauris Soriano.

¿Qué significó para usted y su familia en ese momento la muerte de su único hermano? Imagínate, ¡estábamos devastados! El, tuvo ese accidente 20 años atrás, perdió algunas facultades, pero él hacía vida social aquí, venía aquí a la casa, salíamos y hacíamos cosas, pero, le daban unos ataque muy fuerte, después se le quitaron, pero, lamentablemente murió.

Profe, ¿usted recuerda alguna palabra de ese hermano que le dijera y la haya dejado marcada? Bueno, él siempre decía que yo era la hermana que más quería, porque yo lo complacía en todo.

Algo me hizo entender, y era obvio, que no podía continuar la entrevista en este tono que estaba arrojando tristeza en sus recuerdos, por eso le pregunté, ¿cómo se llamaba su padre? Rafael Soriano y le decían (Fellito).

¿A qué edad viene Mercedes Soriano a Cotuí? Bueno, nosotros vinimos porque como en el campo las escuelas llegaban hasta tercer grado, mi mamá que siempre tuvo visión de futuro, y por ende, ella era maestra para esa época, ella lo que hizo fue que cuando terminábamos de estudiar, nos traía aquí a donde la familia. Yo, donde tuve todo el tiempo, fue en la casa de “Elsa de Prats”, que la mamá de Elsa, la señora Dolores Velásquez, que también fue maestra y era tía de mamá, entonces, ahí yo duré hasta que terminé todos los estudios. ¿Qué sector era donde vivía cuando llegó a Cotuí? Eso fue en la calle 27 de febrero.

¿Y cómo llega al barrio La Esperanza? Te explico: Después que yo terminé mis estudios, duré un año trabajando en el liceo, porque en ese tiempo era muy raro hacerse bachiller, porque tenían que venir los maestros de San Francisco de Macorís a examinar, porque aquí no había liceo. Pero, terminé el bachillerato, cuando un bachiller de esa época, era más que un licenciado de ahora. Era que no había casi bachilleres, y yo comencé el magisterio muy joven. Yo a los 17 años estaba en las aulas dando clases.

Después de ahí, duré un tiempo dando clases y me enfermé, porque yo tenía mucha tendencia a engordar, y tenía una dieta ahí alocada, y después volví y renuncié, porque no tenía muchas necesidades de eso. Luego, volví al magisterio y entonces cuando llegué aquí, me casé con Rafael Disla a quien también le decían como a mi papá, (Fellito).

Yo, con el difunto Matos Dotel, fundamos el “Colegio Aurora”, y digo fundamos, porque yo tenía una escuelita en mi casa donde daba clases a muchos niños, entonces él, hizo la estructura para el colegio y me propuso que me llevara los niños allá, y así comenzó el Colegio Aurora.

¿Hábleme de su esposo? Mi esposo, yo digo siempre, que él era hijo de una señora muy educada que también fue maestra, él nunca le dio por estudiar, pero, fue chófer de carros públicos hasta cuando murió.

No me quejo de él, porque nunca interfirió en mi profesión ni en mi trabajo, porque no fue egoísta. Mi relación fue una relación de mucho respeto.

Yo siempre dije a mis hijas, que no le iba a poner una sucursal como sucede ahora, por eso hay tantas violaciones.

¿Qué tiempo duraron de casados? Nosotros duramos cuarenta y pico de años, hasta que él murió.

¿Cuáles son sus hijas? Lucía Isabel, Cristina y Lissette y uno que yo creí, llamado Rafelito.

Él, murió en los Estados Unidos, y cuando lo trajeron, su madre biológica dijo que era a mí a quien tenía que llevarlo, porque yo fui quien lo crié. Rafelito, era hijo de mi esposo, pero, verdaderamente su madre no fue egoísta y dijo que me lo entregarán a mí.

Volviendo un poco atrás, la maestra recuerda que vivió en el sector “La Gallera”, por 12 años, pero, cuando hicieron el proyecto barrio La Esperanza, ella tenía muchas amistades por cuestión de las mismas clases con las autoridades locales de la época, y me hicieron la gestión de conseguirme esta casa en donde estamos realizando la entrevista. Eso fue, en el año 1978, cuando el presidente Antonio Guzmán ganó las elecciones, pero, el proyecto se hizo en el período del doctor Joaquín Balaguer. Y antes de la transición para que el presidente Balaguer entregara el poder, ahí me dieron la casa. Incluso, a mí fue que me eligieron para que yo, en el acto de entrega de las viviendas, dijera las palabras de agradecimientos de la primera etapa que del sector que se había construido, porque este sector se hizo etapa.

Recuerdo, que en esa ocasión un militar me dijo que le pidiera al presidente lo que yo quisiera, y lo único que le pedí fue, la jubilación de mi mamá. De ahí, el presidente Balaguer llamó a uno de sus asistentes para que me tomará los datos, y a los dos meses recuerdo como ahora, salió la jubilación de mi mamá.

Al escucharla relatar su historia, en ese momento de descubrí, que estaba entrevistando a la persona que se dirigió al presidente y que tuvo las palabras de agradecimiento en nombre todos aquellos que fueron beneficiados con una propiedad.

¿Sabes algo, dijo la maestra? Mi familia, oriunda del campo, teníamos una forma que no parecíamos campesinos, porque veníamos de un hogar en dando casi todos eran maestros.

Una vez más, volví a retomar el caso de su hijo de crianza Rafelito, quien había muerto, porque, me pareció como una simple coincidencia que también su hermano mayor unos años atrás, había fallecido. Ahí me manifestó, que la muerte de Rafelito le hizo recordar la muerte de su hermano mayor, y que fue otro momento de mucha tristeza y dolor, porque justamente los dos varones habían fallecido.

Maestra, ¿recuerda usted alguna palabra de las muchas que Rafelito le decía? Rafelito, era único conmigo. Él siempre me decía, yo necesito progresar para ayudarla a usted.

Y su esposo, ¿hace qué tiempo falleció? El falleció en el año 2000. Y lo enterramos el mismo día de la toma de posesión del presidente electo Hipólito Mejía. 16 de agosto de ese mismo año.

Mi esposo sufría de presión y no se daba trato, él decía que no iba a estar tomando pastillas.

Debo decirte también, que yo creí dos hijos más al lado de mis hijas biológicas, que son, Luis Epidio (Canco), y Lucía (Tolín). Esta última, que fue parte del elenco de maestras y maestros del Colegio Aurora y que hoy vive en la ciudad de Santo Domingo.

Hay, algo que debo destacar de mi esposo y que al mismo tiempo le agradezco, ¿sabes que es? Que casi la mayoría de mis sobrinas vivieron y estudiaron aquí, por ejemplo, Teresa Inoa (Alcaldesa), Adriana y muchos primos míos. Todos los que venían del campo, yo les daba albergue y Fellito, ¡nunca protestó ni se opuso!

Otro datos es, que a mi esposo le gustaba el trago, pero, nunca se propasó con ninguna de esas muchachas, tampoco ellas pueden decir que el se propasó, porque él fue un hombre respetuoso y trabajador.

De mis tres hijas te puedo decir, que Lissette es la más pequeña y vive en los Estados Unidos, Cristina es la segunda, vive en Santo Domingo y trabaja en la OISOE y Lucía, es la primera y vive conmigo, porque, ella tuvo problemas desde su nacimiento, osea; un parto tardío. Pero, aun así, ella se hizo bachiller y actualmente tiene un negocito (una tiendecita).

Termino de conocer un poco a la maestra Mercedes Soriano en lo que respecta a su historia familiar, pasé al terreno que a ella le apasiona, ¡la educación escolar!

Le pregunté, ¿qué está pasando con la docencia escolar en nuestro país? Están pasando muchas cosas y dentro de esas cosas está pasando es, que todo el que quería ser maestro lo metían políticamente, y eso hizo que el magisterio se llenará de muchas personas que no tenían capacidad ni preparación para ejercer.

Pero, ahora no es así, ahora tienen que pasar por un examen que se llama “Poma”. Este año lo hicieron en el país entero, y de 28,000 mil y pico que se examinaron, nada más pasaron 2,300 a nivel nacional. De los de aquí (Cotuí), y yo siempre hablo de los de mi área (Ciencias Naturales), solamente pasaron 19. Entonces, esos maestros que pasaron, como no había quorum para albergarlos a todos, le dieron becas y están diseminados por diferentes universidades.

Le recordé las primeras pruebas nacionales de octavo grado del año 1992 y las pruebas nacionales de bachiller del año 1994, y le pregunté, ¿qué pasó con el modelo del Plan Reforma? Me dijo, las primeras cuatro pruebas nacionales surtieron sus efectos, porque eran unas pruebas que tenían que ser confiables por necesidad, y venían técnicos de otras partes a supervisar las. Pero, después las pruebas nacionales no llenan los temarios.

Le pregunté, ¿se podría decir que las pruebas naciones fue un fracaso? Si, ¡Las pruebas nacionales fueron un fracaso! ¿Sabes por qué? Las pruebas nacionales no debe ser, porque eso tiene estancado a muchos estudiantes que no pudieron pasar las pruebas y no consiguen su título de bachiller. La maestra explica: “Hay estudiantes que dan para otras cosas, aunque, el sistema les está dando la oportunidad de que se preparen estudiando algunos temas para que se preparen y luego son examinanos”.

¿Dónde estudió la Mercedes Soriano? Yo, era una maestra empírica, yo era maestra porque fui bachiller en esa época. Pero, después yo estudié en el “CURNE” en San Francisco de Macorís, y me gradué con el título de “Licenciada en Educación Mención Biología y Química”.

Cuando yo me gradué, nos graduamos novecientos y pico de estudiantes, y sólo dos nos graduamos con honores en toda la universidad y en todas las áreas. Me gradué “Cum Laude”, y también un muchacho de Bonao. Eso fue como en el año 1988-89.

Debo destacar te, que el modelo del Plan Reforma fue lo que aquí surtió efectos. Escuché, que todos los liceos los van a poner a nivel técnico, pero, yo soy de las que dice, que sean técnicos de verdad y que todas las cosas sean politécnicas, porque hay miles de gente.

La maestra recuerda a un estudiante, que por una materia repitió varios años, porque no podía pasar la asignatura de una maestra, hasta, que un día Mercedes Soriano habló con esa maestra, y le dijo: “Pasa a ese muchacho, porque él no va a vivir de tu materia y él puede ser bueno en otra área”. Explica, que así lo hizo esa colega, y hoy día, ese estudiante se ha destacado en asuntos que tienen que ver con la tecnología y actualmente vive en España.

A punto de acabar la entrevista, le pregunté: ¿Maestra, tiene usted algún momento de alegría en su vida que recuerde? Tengo muchos momentos…por ejemplo, todos los días del maestro, cada vez que me entregan un reconocimiento y sobre todo, el calor de mis compañeros, tanto en el liceo como en la Regional de Educación.

¿Qué maestros recuerda usted con mucho agrado? Son muchísimos y recuerdo a tantos, por ejemplo: “Una maestra que yo recuerdo mucho y admiro es a Lucía Silverio. Porque, estudiamos juntas y ella me tiene a mí como una mamá y me resuelve todo los problemas. También, a Magalis Manzueta que vive ahora en los Estados Unidos, Carlita que trabaja en la Regional y a Tineo, no lo puedo dejar de mencionar. Tineo es como un hijo para mí.

¿Si usted tuviera que hacerle una sugerencia a las autoridades del Ministerio de educación, que le diría? Que esas jornadas de capacitación no deben faltar, para que él maestro se sienta obligado y tenga que cumplir la jornada. Yo aprendí más como maestra gracias a eso, porque cuando vino el Plan Decenal de Educación, yo aprendí mucho.

¿Qué le dices a las nuevas generaciones de su pueblo y de su país? ¡Que el estudio es lo más importante para suscistir en la vida!

Que quien no tenga título profesionales, busque títulos técnicos o artesanales que hay muchísimas ramas. Por ejemplo, ahí está el INFOTEP que prepara muy bien a los estudiantes. El título del INFOTEP, tiene igual peso que cualquiera de las universidades.

¿Cree mi maestra en Dios? ¡Pero mucho! Dios es mi pilar, yo tengo tanta confianza en Dios, que no hay cosas que yo le haya pedido y él no me lo haya dado.

¿Algún pasaje bíblico que le guste y le haya marcado? ¡Si, claro! El Salmo 23. “El Señor es mi Pastor, nada me faltará”.

¿Una conversación con Dios de manera privada, qué le pediría? ¡Que se termine la violencia venga de donde venga! Eso es lo que le pido a Dios todas las noches, después de pedirle por mis hijas y luego le pido, por la paz del mundo.

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